Escucho en mi interior el consejero,
que su voz en mi pecho, se destapa,
con rigor esencial y verdadero.
Conmigo en mi vivir, es compañero,
lo conozco y lo siento en cada etapa
es amigo; condena y no me tapa
golpea en torno a mi, es "carcelero".
Si yo escucho la voz de su censura,
tercamente castiga con sus quejas,
y tiembra mi interior con sus destellos.
Al margen su rigor, de mi ternura,
me marca su distrito con sus rejas,
y en cada oficio, justo pone sellos.
poema de maika ilusion.
domingo, 27 de julio de 2008
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